sábado, 6 de noviembre de 2010

Carteles de Guerra

   El cartel alcanzó el cenit de su importancia como medio de comunicación durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La tecnología tipográfica había sido perfeccionada y la radio y otros instrumentos electrónicos de comunicación pública aún no adquirían importancia. En este conflicto mundial, los gobiernos recurrieron al cartel como la forma principal de propaganda y de persuasión visual.

    Los carteles de las potencias centrales (dirigidas por Alemania y Austro-Hungría) y de los Aliados (guiados por Francia y Gran Bretaña, los cuales posteriormente se unieron los Estados Unidos en el año 1917) fueron radicalmente distintos. En Alemania y Astro-Hungría dominaba el enfoque del diseño que continuaba las tradiciones de la secesión vienesa y de Bernhard. Palabras e imágenes fueron integradas y la esencia de la comunicación fue expresada al simplificar las imágenes en formas y modelos poderosos.

   La propaganda bélica de Julius Klinger fue reducida a símbolos gráfico de guerra simples.
Bernhard adoptó un enfoque muy gótico en varios de sus carteles bélicos.
Los carteles británicos hacían un llamado a la necesidad de proteger los valores tradicionales, el hogar y la familia.

   Una de las funciones del cartel era ensalzar a los soldados del país y crear un culto alrededor de los líderes nacionales; o de figuras simbólicas, ridiculizar o desacreditar a los líderes de las fuerzas enemigas era otra.


¡Fuera los buques U! (1916) - Hans Rudi Erdt



Cartel de la Octava Campaña para el empréstico de guerra. (1917) Julius Klinger.


Cartel para una exhibicion de aeroplanos capturados (1917)  - Julius Giokens.


Cartel  para el empréstico de guerra. (1917) Otto Lehmann.




Cartel de reclutamiento militar (1915) - Alfred Leete.



Cartel de reclutamiento militar (1917) - James Montgomery Flagg. (ícono de la comuncación)



Joseph Leyendecker

Joseph Leyendecker




El disidente de Munich

   Ludwig Holwein (1874-1949) evolucionó junto con las condiciones sociales cambiantes. Los hermanos Beggerstaff fueron su inspiración inicial y, durante los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, Holwein se complacía en reducir sus imágenes a formas planas. Sin embargo, a diferencia de los Beggarstaff y de su rival berlinés Bernhard, en sus imágenes Holwein aplicó una rica gama de texturas y modelos decorativos.

    Adolf Hitler, afirmó que la propaganda, incluyendo al cartel, “debe dirigirse a las emociones y sólo en un grado limitado, al llamado intelecto”. Hitler abogaba por una propaganda donde el nivel de contenido estuviera dirigido hacia la persona menos culta del público, usando solamente formas simples, hechas con base de fórmulas estereotipadas. Hitler estaba convencido de que los carteles empleados en Alemania, incluso con el diseño más artístico, eran menos eficaces que el trabajo conceptualmente más sencillo, pero más ilustrativo, de Inglaterra y Estados Unidos. Hitler tenía una habilidad casi espectral para la propaganda visual.
   
    Fue inevitable que el partido nazi encargara a Holwein una multiplicidad de carteles, pues la evolución de su trabajo coincidía perfectamente con el concepto de la propaganda eficaz de Hitler.
Holwein se volvió hacia un estilo militar e imperialista bien delineado de formas sólidas, pesadas y de fuertes contrastes tonales. 




 














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