Casi todas las piezas de comunicación gráfica requiere, en mayor o menor medida, el uso del lenguaje escrito. Y en la actualidad, un gran porcentaje de estas piezas se valen de la tipografía para dar forma a la escritura. En las muy atinadas palabras de Peter Bilák, “el mundo del diseño grafico esta hecho de tipografías, esa es su unidad atómica”. Las fuentes son elementos básicos y vitales.
La tipografía es un campo que debe ser comprendido y analizado en diferentes niveles. Las facetas históricas, teórica y morfológicas de al micro y la maceo tipografía se entrelazan continuamente tejiendo una increíble malla de saberes interrelacionados.
El espacio en blanco es frecuentemente comparado con la nada, la falta de color, la ausencia de contenidos, de masa y de substancia. Pero en el diseño grafico y tipográfico, la nada es maleable y puede ser moldeada. Es la relación entre figura y fondo lo que da vida y tensión a las páginas. La mínima expresión de esta relación se manifiesta dentro de cada glifo. Comúnmente, se llama contraforma al espacio en blanco que se encuentra dentro de una letra.
El trabajo del diseñador de tipografías consiste en gran medida en encontrar el balance adecuando entre las formas y dimensiones del espacio en blanco que esta dentro y fuera de los contornos de los glifos. Cada una de las letras de una fuente puede estar precedida y sucedida por cualquier otra letra. Es decir que cada espacio exterior debe ser moldeado para funcionar con todos los otros caracteres de la fuente. Las fuentes sin serigrafías, que tienden a requerir menos cantidad de espacios interno porque no tienen patines, son liegamente más angostas y poseen un espaciado más ajustado que las romanas.
¿Por qué es tan importante el ritmo y la textura de los textos? La verdad es que poco se sabe aún de la forma en que leemos y de los procesos cerebrales que esto conlleva. Pero sí existe consenso con respecto a algunas cuestiones básicas referentes a la legibilidad. Una de estas es que el ser humano no lee de una letra a la vez. La lectura se da por palabra o más precisamente por grupo de palabras. El ojo humano reconoce el contorno y las interacciones de figura y fondo de las palabras en lugar de comprenderlas de una letra a vez. Las texturas homogéneas en los bloques de texto facilitan tanto el reconocimiento de las palabras como la velocidad de la lectura. Es también por esa misma razón que los textos compuestos en minúsculas son tanto más fáciles de leer que los que están compuestos solo en mayúsculas.
José Scaglione
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